Bien, he previsto todo para pasar un día muy divertido en el Parque de Atracciones, hasta que de repente ha aparecido de la nada, no se sabe de donde, este niño. Trato de tenerle lo más entretenido posible (los niños pueden ser muy gruñones), hemos tenido unos golpecitos en los coches de choque, incluso le he cambiado el pañal despuás de haberme encontrado el pastel oloroso (uuhhfffffffff... ¡poneos las máscaras de gas!). Si tengo suerte le voy a mandar volando con su mamá (¡literalmente!) y todo se arreglará. Antes de volver al coche...